Jamás debemos olvidar que somos una comunidad de mujeres y hombres con características propias, distintas a otras realidades. Por tanto, es inadmisible que anhelemos ser como otros, tal como lo vemos a diario cuando desde niños nos enseñan a copiar, imitar y seguir modelos, sistemas y paradigmas ajenos.
Ser imitadores, copiadores y seguidores de otros, agrava la des-personalización y nos conduce a la esclavitud o la destrucción de lo propio. Es común ver en las calles, a personas que se visten como gringos, comen como europeos, andan como asiáticos, otros se tatúan el cuerpo como africanos y muchos piensan como monigotes o zombies incivilizados.
Siempre recuerden que han nacido en este bello suelo llamado Perú, el paraíso de la peruanidad y de todos los peruanistas que luchan por ser más auténticos y originales.